Y es que ayer por la tarde asistí a un acto esperpéntico en el que una serie de señores, todos con un nutrido currículum lleno de títulos y pertenencias a diferentes asociaciones, observatorios, clubster, etc., daban consejos a un buen número de jóvenes sobre cómo emprender un negocio e innovar en la empresa, pero nuevamente, ¡casualidad!, ninguno de ellos había creado ni gestionado nunca ninguna empresa propia.

En esa charla escuché numerosos consejos acerca de cuáles son los principales pasos para iniciar un emprendimiento, cuáles son los perfiles principales de consultores y asesores a los que se puede recurrir, cuáles las principales subvenciones a las que acceder e incluso, alguna que otra recomendación de un libro que, otra causalidad, perdón quería decir casualidad, uno de los contertulios había publicado a modo de hoja de ruta del éxito para tu negocio. No se habló nada de experiencias y vivencias, de fracasos y de éxitos, de dónde suelen aparecer las trampas y los muros, en definitiva, nada de camino. Era lógico, si nunca lo habían hecho.

Si un directivo de banco, un político y un funcionario de carrera que nunca han emprendido nada, son referentes de nuestra Comunidad Autónoma para explicar y aconsejar a nuestros jóvenes sobre, tal y como lo llamaron “el arte de emprender”, no me extraña que nuestros jóvenes acaben queriendo ser funcionarios antes que emprendedores. Pero si es que casi la mitad de la charla la pasaron hablando de ayudas, gratuidad y subvenciones. Si no tuviésemos en nuestro Comunidad otros referentes para explicar y motivar a nuestros jóvenes a emprender, podría entender la formación de esa mesa, pero nuestro territorio está lleno de emprendedores, jóvenes y mayores, que podrían explicarnos de forma magistral sus experiencias de éxitos y fracasos.

«Mientras gran parte de nuestras instituciones públicas y nuestros políticos sigan pensando que las palabras innovación y emprendimiento son simplemente dos activos claves que debe contener cualquier programa político que aspire a ser progresista, seguiremos siendo un erial de innovación y emprendimiento.»

Claro que una persona que no ha vivenciado un emprendimiento ni creado una empresa a lo largo de su vida puede aconsejar o recomendar a otras sobre la mejor forma de hacerlo. Lo que no tiene sentido, al menos a mi juicio, es que buena parte de estos foros no estén formados mayoritariamente por los verdaderos emprendedores y empresarios.

Grupo de alumnos practicando.

Pienso que, mientras gran parte de nuestras instituciones públicas y nuestros políticos sigan pensando que las palabras innovación y emprendimiento son simplemente dos activos claves que debe contener cualquier programa político que aspire a ser progresista, seguiremos siendo un erial de innovación y emprendimiento. No hay forma más rápida de matar la iniciativa emprendedora que dejándola en manos de personas conservadoras que nunca se atrevieron a nada.

No todo son luces negras, por suerte tenemos otras personas e instituciones desarrollando magníficas iniciativas para crear y mantener el, tan añorado y necesario, ecosistema emprendedor que necesitamos en Andalucía. Hablo en este caso del programa Andalucía Open Future, que surge de la alianza entre Junta de Andalucía, Telefónica y la corporación municipal de cada uno de las localidades en las que se están implantando, en el caso que yo visité el pasado lunes, junto con el Ayuntamiento de Málaga. Con una clara vocación de fomentar y mentorizar el emprendimiento, pude observar cómo diversas Startups malagueñas trabajaban en el desarrollo de sus proyectos. La verdad que fue una gozada.

Yo, como empresario y emprendedor, desde mi minúscula parcela me siento con la responsabilidad de, por una lado, apoyar y aplaudir este tipo de iniciativas encaminadas a incrementar nuestro ecosistema emprendedor y, por otro,  advertir a todos nuestros presentes y futuros emprendedores de estos perfiles de “gurús”, que hablan de innovación y emprendimiento, del qué puedes y no puedes hacer, de qué idea y/o proyecto tiene sentido desarrollar o será un completo fracaso, sin tan si quiera, haberse atrevido a tocar la arena de un emprendimiento ni una sola vez en su vida .

Queridos amigos nunca olviden que el trabajo más seguro es el que tú seas capaz de crear. Estudio continuo, esfuerzo, humildad, prudencia y sentido común son una buena mezcla de condimentos que debes llevarte en tu viaje, y recuerda, no dejes de preguntar a todos los que sabes que lo han intentado alguna vez, lo del éxito o fracaso es lo menos importante. Suerte en el camino.

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