Paco Ávila

¡La clase trabajadora somos todos! Que no generen brecha social entre nosotros

Blog Paco Avila - La clase trabajadora somos todos

La aparición de las nuevas tecnologías han transformado profundamente nuestra forma de vida tradicional impactando con particular dureza a nuestros sistemas de comunicación, sociales, productivos y cómo no, al mundo de la política. Por ejemplo, me parece muy conveniente describir el poder que han tomado las redes sociales como vehículo de divulgación de mentiras, dudas y miedos en nuestras sociedades. Se han convertido en verdaderos instrumentos políticos de manipulación de masas y compra de voluntades. Por otro lado, la aparición de la robótica, el machine learning y la inteligencia artificial han impactado duramente en nuestros sistemas productivos, removiendo, alterando y optimizando la mayoría de los procesos de fabricación tradicionales. Así, gran parte de nuestra sociedad está empezando a culpabilizar y a señalar a estas tecnologías, a mi forma de ver muy equivocadamente, como las principales responsables de la destrucción de empleo.

 

 

Y es que la disrupción tecnológica está generando tantos cambios y a tanta velocidad que están siendo imposible de asimilar y asumir por nuestra sociedad. Y claro, como pueden intuir, es un caldo de cultivo perfecto para que, tras el miedo y la incertidumbre social, surjan una amalgama indeterminada de líderes populistas. En este momento, es conveniente recordar que este tipo de salvadores siempre actúan de la misma manera. Lo primero, provocando la fragmentación social. La clave reside en la generación de dos bandos claramente diferenciados: una parte oprimida y otra opresora, una clase privilegiada y otra trabajadora, una raza elegida y otras inferiores, en definitiva, buscar un enemigo. A partir aquí, lo más importante es comenzar a sembrar odio e inquina entre las partes. Una vez generada la fragmentación social, piden al pueblo, solo de forma “transitoria” y hasta que se alcance la “victoria”, que les otorgue progresivamente más poder y control social. A partir de aquí, ya saben como termina la película, pues tenemos innumerables ejemplos a lo largo de la historia de regímenes totalitarios que han llegado al poder democráticamente y que posteriormente, poco a poco, han ido interviniendo y planificando las sociedad hasta el completo exterminio de la libertad.

 

Yo como empresario español, andaluz, malagueño y de mi querido barrio “Miraflores de los Ángeles”, creo que es, precisamente ésta, la historia que actualmente estamos comenzando a vivir en nuestro país. Es increíble el mal trato y la animadversión con el que este gobierno está tratando a los empresarios, como si fuésemos explotadores desalmados cuyo único objetivo es el dinero. Nos están deshumanizando, pero lo que es peor, nos están demonizando e intentando separar del resto de la sociedad. Hace un tiempo me daba risa cuando se referían a los empresarios por un lado y a la clase trabajadora por otro, como si nosotros los empresarios no fuésemos clase trabajadora. Pero ahora empieza a darme un poco de miedo, pues empiezo a verle el sentido estratégico a la fractura social que están provocando.

 

La gestión económica de esta crisis es un claro ejemplo de ello, con una batería de medidas cortoplacistas orientadas casi exclusivamente a los profesionales de las empresas y obviando prácticamente al empresario. Es como si pensaran que los empresarios tenemos máquinas de hacer dinero y una capacidad infinita de endeudarnos. Yo no sé si las medidas ante el dichoso COVID-19 fueron ajustadas y adecuadas en el tiempo, no soy epidemiólogo. Lo que sí veo es a nuestros especialistas jugándose la vida sin protección, y eso es una evidencia. Y lo que sé, y también veo, es que la batería de medidas económicas centradas especialmente en el subsidio de los empleados, dejando prácticamente de lado y completamente desprotegidos a los empresarios y autónomos, está empujando al cierre definitivo de un gran número de empresas.

 

Estoy convencido de que la gran mayoría de las personas que actualmente están en el gobierno piensan que están haciendo lo mejor para su país. Pero existe uno que lo tiene más claro que el resto, nuestro vicepresidente de derechos sociales, él si busca intencionadamente generar pobreza y desigualdad para posteriormente comprar voluntades mediante el incremento del gasto público. Gasto que no le importa un comino echarlo sobre las espaldas de nuestros jóvenes, pues su estrategia política es tan cortoplacista e instantánea, que entiende que el “bollo” que está creando ahora se lo terminará comiendo otro en el futuro. En resumen, su “doping político” es la pobreza y la desigualdad y, su forma de gestión es la “limosna subsidiaria”, financiada, por un lado, a costa de expoliar a trabajadores y ahorradores vía impuestos y, por otro, mediante el incremento del endeudamiento de nuestro país tomando como avalista al pueblo. Ojalá que no lo dejen hacer más y este gobierno sepa contenerlo. Todo lo que hace y piensa va encaminado a un solo objetivo: “Aniquilar nuestra democracia”.

 

Tenemos la obligación de aprender de esto que nos está pasando y trascender las barreras ideológicas dejando atrás, de una vez por todas, las reflexiones absurdas y arcaicas de las derechas y las izquierdas. Estamos obligados a comprender que esto de la política va de elegir personas más o menos capacitadas para dirigir. Debemos aprender e interiorizar que la elección de un buen equipo de personas para gobernar genera paz, seguridad, libertad, justicia social y riqueza. De hecho, no entiendo cuando gana un equipo, independientemente del color con el que vayan “vestíos”: verde, morado, naranja, azul, rojo, etc; no seleccionan a los mejores de cada equipo en su área para conformar el gobierno . ¡¡Pero si esto va de gestión y de dirigir!!. Por eso, a pesar de que será inevitable de que los soldados ideológicos de cada bando tiznen mi reflexión de un color político, créanme, para ser muy claro, que mi reflexión no va en contra del PSOE ni Podemos. Lo que sí va es directamente en contra del equipo de personas que actualmente está gobernando con tanta ineficiencia e incertidumbre nuestro país. Sin más, os deseo mucha salud y fuerza para afrontar el camino, resistiremos y venceremos.

 

Artículo publicado el día 10 de abril de 2020 en el Diario SUR de Málaga.
Salir de la versión móvil