¡En un lado, con pantalón amarillo y 82 kilos de peso, el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de España! ¡En el otro, con 80 kilos de peso y pantalón rojo, el Colegio Profesional de Educación Física y Deporte de España!
Y es que, cada Colegio Profesional es un púgil con la firme intención de golpear, avanzar y ganar, para sí mismo, la mayor parte de competencias profesionales en torno al ejercicio físico que pueda. El combate, en estos momentos, se centra en la “tarta del ejercicio físico con objetivos terapéuticos” y, aún no está claro, cuál de los dos boxeadores será capaz de adquirir la mayor parte de ella. Lo que sí está claro, es que para el resto de púgiles, entrenadores deportivos, monitores y todos los demás profesionales que se han formado libremente con la formación científica y empírica que han considerado más adecuada a lo largo de sus trayectorias profesionales, no habrá ningún trozo de “tarta”. Entre otras cuestiones, porque ni si quiera les están dando la oportunidad de combatir. Pero no se extrañen, esto no es un comportamiento aislado de estos últimos días, ambos Colegios Profesionales llevan muchos años intentado regular nuestro sector del ejercicio físico a base de peleas legislativas para acotarlo y cerrarlo a una pequeña, aunque distinguida, terna de titulaciones académicas oficiales.
Simultáneamente a este combate, la gran parte de todos los profesionales que trabajamos en torno a la prescripción del ejercicio físico, muy especialmente vinculados los fisioterapeutas, licenciados en deporte, entrenadores, médicos y monitores deportivos; trabajamos de forma multidisciplinar con total normalidad. Y seguimos generando de forma fluida derivaciones de un lado a otro de profesionales, porque sabemos y somos muy conscientes, que la mejor forma de mejorar nuestras planificaciones es combinándolas con otros profesionales en general y de otras áreas de forma especial. También tenemos muy claro que el ejercicio físico es un área joven de conocimiento, y que su conocimiento científico aplicado es relativamente nuevo. Por lo que continuamente estamos bebiendo del conocimiento científico de la ciencia básica y aplicada de las 5 principales áreas de estudio que afectan a la planificación y prescripción del ejercicio físico, me refiero por supuesto a la biología, la química, la física y la medicina a la cabeza de todas ellas.
Cuánto bien nos está haciendo la medicina y, cuánto nos ha y nos está ayudando a mejorar nuestro conocimiento científico en el área de la prescripción del ejercicio. Y cuánto bien y cuánto conocimiento científico estamos empezando, nosotros los profesionales del deporte y los fisioterapeutas, a trasladar a los médicos especialistas sobre los beneficios de los ejercicios físicos en multitud de patologías crónicas como la obesidad, hipertensión, diabetes, cardiopatías, etc.
Con este magnífico ecosistema hiperconectado de información y trabajo que existe entre los diferentes profesionales que nos dedicamos a la planificación y prescripción del ejercicio, ¡para qué carajo habéis armado esta guerra tan absolutamente innecesaria¡ Si tanto os preocupa a ambos colegios profesionales la preparación técnica de todos los profesionales que no dedicamos a la planificación y prescripción del ejercicio, os propongo una de tantas soluciones que se podrían plantear para que la controlemos, pero de verdad. Hagamos convocatorias nacionales de exámenes teóricos y prácticos para certificar la capacitación de cada uno de los profesionales que se quieren dedicar a la planificación y prescripción del ejercicio físico. Ahora eso sí, sin requisito de acceso académico, es decir, que se pueda presentar todo profesional que quiera independientemente de los títulos oficiales que tenga y de su currículum académico. Un examen tipo MIR pero sin requisito académico de acceso. Los exámenes serían realizados por organismos centrales del estado o de las comunidades autónomas. Se planificaría un periodo transitorio en el que poco a poco todos los profesionales que quisieran se fuesen certificando.
¡Ya! ¡ya lo sé!, que este tipo de iniciativas no les va a gustar nada a los Colegios Profesionales de Fisioterapia y de Educación Física y Deporte porque les supondría perder su capacidad intervencionista e hiperreguladora. Y además, vaya “problemón”, cada persona podría decidir libremente qué estudiar y con qué organización, para presentarse a las convocatorias de certificación. Uff! tendrían que poner sus cortijos a trabajar y competir libremente. Me da a mí Paco que igual no me hacen mucho caso!
Por todo ello, quiero pediros un ruego a todos los profesionales que nos dedicamos a este maravilloso sector, que no entremos al juego que están creando y evitemos iniciar debates pobres y arcaicos entre nosotros del tipo quién sabe o está más capacitado para hacer esto o aquello. Centremos el foco en los que están generando el problema y pidámosles a gritos a los Colegios Profesionales que nos ¡dejen trabajar con libertad!
Querido amigo,
Absolutamente cierto y totalmente deacuerdo con tus afirmaciones.
En estos temas el problema es similar al que dice el refrán…Ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.
Alzamos la voz para denunciar lo que hace mal el otro y no vemos lo que hacemos nosotros, y si fuese al reves?
Me parece un debate que comienza a ser agotador y sin sentido.
Si hablamos de ejercicio y terapéutico lo primero es confirmar un diagnóstico “médico” y luego con una prescripción será el momento de traducirla a una planificando y diseñar las estrategias de ejercicio. Me da igual si es un fisio, un grado en ciencias del deporte o un TAFAD siempre y cuando demuestre los conocimientos específicos para manejar a ese paciente. Creo en el trabajo en equipo pero en equipo de verdad. Cada uno aportando desde su área y discutiendo el caso para lo bueno y para lo malo.
Basta de guerras de poder y defensa de los “territorios” y pongámonos a trabajar de verdad!
Sin mis Fisios, mis licenciados o mis TAFAD mi trabajo estaría cojo y muchos de mis pacientes jamás se recuperarían.