EL EJERCICIO FÍSICO NO SIRVE PARA COMBATIR EL SOBREPESO Y LA OBESIDAD

Y es que leer la contundente afirmación del Doctor Jason Fung, afamado especialista en el estudio de la obesidad, me ha impulsado automáticamente a escribir y reflexionar sobre esta cuestión tan sensible e importante para todos aquellos que amamos el ejercicio físico.

A modo de resumen, el Dr. Fung afirma que el control del peso no es una cuestión de suma y resta entre las calorías entrantes y las salientes, sino un problema hormonal. Por tanto, aunque el ejercicio físico es bueno para la salud, poco o nada tiene que decir en el control del peso de una persona. Explica, que si llevásemos a un examen los problemas de control del peso y la obesidad, el 95% de la nota final dependería de lo que comemos, y tan sólo un 5% del ejercicio físico. Desde mi punto de vista sólo puedo maravillarme de todos estos avances que os quiero exponer a continuación, pues lo único que hacen es mejorar nuestra salud y calidad de vida. No obstante, tengo que decir que estando de acuerdo con lo que a continuación expondré, tanto de la reflexión del Dr. Fung inicialmente, como de la microbiota posteriormente, me parece una afirmación demasiado precipitada y que, por lo tanto, estoy completamente en desacuerdo cuando se le atribuye únicamente un porcentaje del 5% al ejercicio físico del total de la nota final para atacar a los problemas de control del peso y la obesidad. Cuestión que intentaré explicar brevemente al final de esta entrada utilizando el menor número de tecnicismos posibles.

Según Fung, el control del peso está directamente relacionado con la cantidad y el tiempo total con el que mantenemos a nuestro organismo con altos niveles de insulina en sangre a lo largo del día. Me explico, el control del peso está regulado en el hipotálamo, el cual funciona como una especie de termostato que le indica al cuerpo el peso de referencia que debemos de mantener. La siguiente pregunta es, ¿y quién determina la “temperatura”, es decir el peso, del termostato?, así es, tal y como estaban intuyendo es la hormona de la Insulina… Así que, si mantenemos altos niveles de insulina durante largos periodos de tiempo dentro de un día, la insulina empezará a influenciar al hipotálamo para que aumentemos nuestro peso basal de referencia y empecemos a engordar. En personas inicialmente sanas, elevados y continuados niveles de insulina suelen estar motivados muy especialmente por la ingesta de azúcares refinados y carbohidratos.

Los problemas de control del peso y la obesidad, el 95% de la nota final dependería de lo que comemos, y tan sólo un 5% del ejercicio físico.

La realidad, es que la industria de los carbohidratos y la preparación física llegan incluso a recomendar, de forma generalizada, la ingesta diaria de alimentos repartidos en 4 o 5 veces al día. Así, el consumo de bollería industrial, bebidas azucaradas, etc., unido al incremento de la frecuencia de la ingesta al día, es la receta perfecta para desarrollar picos altos y continuados de los niveles de insulina en sangre. Esta continua sobreexposición de nuestras células a la insulina es el epicentro del problema, ya que son los ingredientes necesarios para desarrollar la resistencia de nuestras células a la insulina. Por tanto, para que una célula introduzca la misma cantidad de glucosa en su interior irá necesitando cada vez mayor cantidad de insulina en sangre.

En este momento es posible que nos estemos preguntando, ¿pero realmente la insulina cómo afecta al hipotálamo?, pues bien, elevados niveles de insulina en sangre hacen que el organismo nos envíe señales de hambre e inhibición de la sensación de la saciedad. De hecho, piensen que después de una comida copiosa siempre decimos “no puedo más, pero para algo dulce de postre creo que puedo”. Y además que es verdad, pues cuando ingerimos dulces, estos provocan una fuerte salida de insulina a la sangre la cual evitará nuestra sensación de saciedad por lo que podemos seguir ingiriendo azúcares refinados a pesar de no poder más. Pero esto no es todo, ya que una persona de fuerte convicción podría controlar su ingesta de alimentos o incluso disminuirla y por tanto no aumentaría su peso. Pues no, a pesar de que te resignes a ello, el organismo se las ingeniará para reducir su gasto calórico basal y enviarte señales de fatiga para que las pocas calorías que ingieras se conviertan directamente en grasa para aumentar nuestros almacenes de las células adiposas e ir ganando peso.

Por otro lado, una vez explicada la teoría hormonal del control del peso, es el momento de hablar de otra perspectiva de estudio, la microbiota. La microbiota hace referencia a la salud de las bacterias de nuestro intestino, es decir, de la flora intestinal. Y ¿por qué hablamos ahora de nuestra flora intestinal?, porque comienza a existir evidencia científica de que la regulación de nuestro sistema hormonal está directamente relacionada con la diversidad bacteriana de nuestra flora intestinal. Como sabemos, nuestro sistema intestinal está formado por un complejo ecosistema en el que conviven, especialmente en el colon, un gran número de microorganismos como hongos, virus, protozoos y sobre todo muchas bacterias que son los responsables de mantener de forma saludable nuestro sistema inmunológico, emocional y hormonal.

Con relación al control del peso corporal, simplemente apuntar que parece ser que mantener y desarrollar una adecuada diversidad bacteriana, especialmente a través de la ingesta de alimentos fermentados, mejora el control y funcionamiento de la insulina además de mejorar todos los problemas de las células relacionados con la resistencia a la insulina. De hecho, actualmente se conocen bacterias específicas que mejoran la sensibilidad a la insulina y por tanto existen probióticos con las bacterias específicas que te ayudarán al control de la acumulación de grasa.

Tal y como indiqué al principio de mi reflexión voy a intentar explicar por qué estoy totalmente en desacuerdo con la nota final del 5% que le atribuyen al ejercicio como herramienta para resolver los problemas de control del peso. Como todos ya sabemos actualmente, en el siglo XX se pensaba que los adipocitos eran células que actuaban únicamente como almacenes de nuestra grasa corporal. Actualmente sabemos que son mucho más complejos y que actúan como un verdadero sistema hormonal que influye directamente tanto en el ciclo hambre/saciedad como en la evolución y control de la insulina, o lo que es mucho más importante, en su resistencia por parte de las células musculares. Me explico, los adipocitos son células que inicialmente tienen una alta vascularización, es decir, en las que entra mucha sangre con oxígeno. Cuando estas comienzan a crecer y engordar las partes más alejadas de los vasos comienzan a sufrir falta de oxígeno y se asfixian. Esto provoca una serie de reacciones bioquímicas que provocan una inflamación general de los tejidos y muy especialmente de los musculares. Esta inflamación de los tejidos parece ser una de las principales causas de la generación de resistencia a la insulina por parte de las células musculares.

Partiendo de esta reflexión, el ejercicio físico sería clave para todos los problemas de control del peso corporal pues no conocemos mejor herramienta para incrementar la vascularización de un tejido que a través del ejercicio físico. Dentro de ellos, sabemos que la ciencia determina que los ejercicios que mejor vascularizan serían los interválicos intensivos, pero bueno, esto es una cuestión que no es el objeto de la reflexión actual. No obstante, debemos tener claro que, si el problema se inicia enfermando el adipocito por falta de vascularización, el ejercicio físico tendría un papel mucho más importante del 5% para resolver los problemas de control del peso.

Son posturas integradoras y multidisciplinares las que nos llevarán a resolver una de las principales epidemias del S. XXI como es la obesidad y el sobrepeso, por lo que deberíamos ser más prudentes a la hora de desmarcar del escenario una herramienta tan importante como el ejercicio físico.

 

Nota: El próximo día 14 de diciembre modero una mesa redonda gratuita a las 18:30 en Medac, Avenida Velázquez, 102 en Málaga, por si te interesa profundizar un poco más en esta reflexión.

PARA MÁS INFO PINCHA EN LA IMAGEN.

 

Imagen del cartel de Nutrición o ejercicio para combatir la obesidad

 

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