FP O UNIVERSIDAD, ¿QUÉ ESTUDIAR? LAS 6 CLAVES QUE TE AYUDARÁN A ENCONTRAR TU RESPUESTA

Las 6 claves que te ayudarán a decidir entre FP o Universidad

La toma de decisiones de los jóvenes españoles sobre la formación a estudiar se vuelve extremadamente compleja. Te invito a que analicemos conjuntamente las 6 claves que considero te ayudarán a encontrar tu respuesta. ¿FP o Universidad?

1.- En primer lugar, tenemos que analizar la visión fría y matemática que te aporta la estadística.

Es decir, estudiar la potencial empleabilidad o posibilidades de insertarte en el mercado laboral que te aporta un título de Formación Profesional (FP) frente al Universitario. En esta línea, los datos que aporta el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) son contundentes.  Concluyen que en estos últimos diez años se ha producido un incremento interanual de contrataciones para los titulados de FP un 40 % mayor que para los titulados Universitarios. Por lo que si tu variable en la toma decisiones es exclusivamente el potencial de empleabilidad del título en el corto o medio plazo en España la respuesta parece bastante evidente. Es conveniente destacar que, a priori, los puestos de técnicos están potencialmente peor pagados que el de los graduados universitarios. Pero es igualmente cierto que actualmente más del 33% de los nuevos contratos a universitarios están realizando tareas de baja o media cualificación. Dicho en castellano simple, que están haciendo trabajos que les correspondería a los técnicos y cobrando como si fueran técnicos.

2.- En segundo lugar, debemos considerar el incremento de volatilidad o estabilidad que comienza a experimentar el mercado laboral.

Sabemos, gracias al estudio realizado por el economista de Likeding Guy Berger el pasado año que, actualmente la generación “Y“ o más conocida como millenials, los nacidos entre 1981 y 1996, han cambiado de trabajo 4 veces de media antes de haber cumplido los 32 años de edad. Esto supone más del doble de lo que la generación de sus padres lo ha hecho hasta ahora y de lo que lo hicieron sus abuelos a lo largo de toda su vida laboral. Existe un dato mucho más contundente, a finales del año 2016 Deloitte presentó un informe en el que estiman que la generación “Z”, es decir, los nacidos entre 1997-2011, tendrán de media 17 empleos diferentes a lo largo de su vida. Por ello debemos ser muy conscientes de que si bien antiguamente la obtención de un título de formación reglada, ya fuera de FP o Universitario, te aportaba más de 40 años de ejercicio profesional, ahora es un simple puente para iniciarte en tu primer empleo.

3.- En tercer lugar, estudiar y comprender cómo la Cuarta Revolución Industrial está transformando el mercado laboral en general  y la demanda de competencias profesionales a nivel particular.

Comprender cómo la fusión de Internet con las nuevas tecnologías está modificando el mundo de los negocios y, por tanto, el mercado de trabajo es clave a la hora de decidir el tipo de estudios a iniciar. Debemos mirar adelante e interpretar cómo está transformando el mercado laboral la llegada actual y futura de tecnologías tan disruptivas. Estudiando muy especialmente los efectos sobre el empleo de la paulatina implantación en los mercados de la inteligencia artificial y la robótica que, al ser tecnologías sustitutivas del factor humano, provocarán una disminución de la fuerza humana de trabajo en los sectores en los que se vayan implantando. Tenemos que hacer el esfuerzo de mirar a las innovaciones tecnológicas con ilusión y sin miedo, evitando caer en el error de radicalizar nuestra posición en su contra  y terminar convirtiéndonos en los nuevos luditas del siglo XXI. Tenemos que saber que después de más de 150 años de historia de creación e implantación de innovaciones tecnológicas, que han ido sustituyendo la fuerza humana de trabajo por las máquinas, en ningún momento se vio afectada la tasa neta de empleo, tal y como nos mostraba Josep Pijoan-Mas en 2017. Es decir, que el número total de personas trabajando no ha descendido en ningún momento a pesar de las numerosas innovaciones que han ido surgiendo. El posible rechazo o recelo que, a veces, provocan las innovaciones tecnológicas suele estar motivado por la concepción equivocada de que el trabajo es finito y, que por tanto, si una innovación reduce el número potencial de trabajadores necesarios para una industria estos irán directamente al desempleo sin ninguna posibilidad de reinserción al mercado laboral. Pero esto no es cierto, y fue el economista Baumol el primero en explicar que cuando un sector se ve afectado por una innovación que reduce el número de personas necesarias para la producción, por ejemplo la industria manufacturera, el incremento de productividad, la eficiencia y riqueza que la innovación provoca en ese sector se traduce en un incremento de la demanda potencial de empleo en otro sector donde el factor humano es menos sustituible, por ejemplo, el sector servicio.

4.- En cuarto lugar, en muchos casos elaboramos mal la pregunta que nos hacemos o que les hacemos a nuestros hijos o alumnos. La pregunta no es ¿qué quieres estudiar? sino ¿dónde te gustaría trabajar en el futuro?

Al hilo de lo anteriormente expuesto en la tercera reflexión, la primera proyección a futuro que deberíamos hacernos es visualizar si donde te gustaría trabajar será un puesto o una profesión fácilmente sustituible por las máquinas. Si es así, debes de replanteártelo porque el mercado laboral sobre el que hoy proyectamos nuestro futuro evoluciona drásticamente en menos de 5 años. Esto implica la obsolescencia de un gran número de títulos de FP y Universitarios que actualmente se están impartiendo, no es sólo que sus conocimientos y técnicas están obsoletas y no adaptadas al mercado laboral, sino que la capacidad de empleabilidad potencial de ese título en el mercado laboral se reducirá drásticamente. A modo de ejemplo, si quieres trabajar en el futuro como médico, es razonable pensar que el factor humano y el contacto del profesional con el paciente en la industria sanitaria es una de las claves, por lo que las tecnologías como la robótica o la inteligencia artificial estarán más orientadas a mejorar las técnicas y la toma de decisión de los especialistas que a sustituirlos. Pero si  lo que te gustaría es trabajar en una empresa llevando la contabilidad creo que, a medio y largo plazo, puedes tener muchos problemas para encontrar trabajo.

5.- En quinto lugar, tenemos que ir relativizando paulatinamente la importancia del título para encontrar trabajo. Parece que el mercado laboral comienza por preguntar ¿qué sabes o serás capaz de hacer? antes del ¿qué titulaciones tienes?

Y, es que, excepto en las profesiones en la que existe una fuerte regulación profesional, el mercado de trabajo sólo se interesa por qué eres y que serás capaz de hacer en el futuro además de cómo son tus competencias emocionales, es decir, cómo trabajas en equipo, te relacionas o asumes nuevos retos. La creatividad y las competencias emocionales comienzan a tener también un papel muy relevante por los empleadores a la hora de seleccionar a los candidatos.

6.- En sexto lugar, ten presente en tu toma de decisión esta afirmación: “la seguridad laboral ya no existe. En un mercado en continua evolución la mejor forma de asegurar tu empleabilidad es no parando de estudiar, probar y aprender. Y nunca dejes de lado la posibilidad de, en cualquier momento, iniciar un emprendimiento y trabajar para ti”.

Y tenemos lo que al menos para mí es una buena noticia en esta línea. A pesar de que la sociedad española históricamente ha sido una sociedad en la que la mayoría de los jóvenes aspiraban a trabajar por cuenta ajena y muy especialmente como empleado público, la tendencia está cambiando y comienzan a querer trabajar para ellos y generar su propio emprendimiento. En el año año 2014, la Universidad de Northeastern en Estados Unidos preguntó a más de mil estudiantes pertenecientes a la generación Z sobre dónde querían trabajar de mayor y, el 40% de ellos contestó que para sí mismo. Claro, en este punto de la reflexión muchos habréis pensado: “pero eso es en Estados Unidos, en España seguimos igual”. Y nada de eso, el estudio realizado por Universum en el año 2015 recoge que el 39% de los jóvenes españoles pertenecientes a la generación Z aspiran a crear su propia empresa. Llevo tiempo declarándome como un optimista generacional y todos estos datos no hacen nada más que aportarme mayor ilusión y convencimiento de  que las generaciones venideras serán mucho más cívicas, comprometidas, solidarias y emprendedoras de lo que lo es la mía o fue la de mis mayores. Como conclusión final, afirmar que, al menos para mí, lo menos importante en la toma de decisiones del qué estudiar es si el título pertenece a una FP o a la Universidad. Debemos de interpretar la evolución que las nuevas tecnologías están provocando sobre mercado laboral, entender cuáles son sus necesidades presentes y futuras, cruzarlas con nuestras expectativas y deseos, unirlas con la potencial capacidad de empleabilidad de tu profesión deseada y, asumir que, obtengas el título que obtengas, sólo es la primera puerta de entrada a tu incierta y cambiante vida profesional. ¡Ah! Y no olvides de ser un aprendiz eterno. ¡Suerte!

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