Lo más normal es que no estés sabiendo encontrar y explotar tus verdaderas capacidades. Y hago esta reflexión escuchando “Back to Black”, maravilloso legado que nos dejó la inimitable Amy Winehouse, poseedora de una brutal inteligencia musical y que en cambio mostró un bajísimo rendimiento académico es su etapa escolar. Pero si es que tenemos ejemplos para escribir un libro, os recuerdo lo que textualmente describió un profesor sobre Albert Einstein en su etapa escolar “este chico no llegará nunca a ningún sitio, es despistado y desordenado además de no atender nunca”. O más actualmente lo que sentenció un profesor de John Gurdon, Premio Nobel de Medicina en el año 2012, respecto de su rendimiento académico y capacidades “sus rendimientos y sus resultados son insatisfactorios…me ha llegado la noticia de que quiere ser científico, me parece ridículo si no puede ni siquiera aprender las bases de la biología, es imposible que pueda desempeñar un trabajo de especialistas…será una pérdida de tiempo para él y para quien le enseñe”. Lejos de ser elocuente exponiendo el clamoroso fallo del sistema sobre genios como éstos, sí considero que evidencian la necesidad de replantearnos los innumerables casos, que a buen seguro todos tenemos en nuestras cabezas, sobre alumnos-hijos que inicialmente consideramos malos estudiantes y que su situación podría ser muy diferente si abordásemos su caso particular desde otra perspectiva.
DIFERENTES INTELIGENCIAS
A mi juicio, el primer paso debe ser transcender del concepto tradicional de Inteligencia que tan sólo hace referencia al cociente intelectual, medido como la capacidad de resolver un buen número de preguntas cortas en un tiempo determinado, hacia el concepto de Inteligencias Múltiples. Uno de los principales representantes en esta línea es Howard Gadner, el cual identifica ocho tipos de inteligencias en los seres humanos tal y como podemos observar en la imagen que os adjunto.
Ésta y otras teorías sobre la existencia de diferentes inteligencias han sido objeto de numerosos debates. Que si deben ser 4, 6 o 10, que si no existe evidencia científica suficiente y son teorías meramente especulativas, etc. En este momento se me viene a la cabeza el gran maestro Karl Popper y su reflexión de que el progreso de la ciencia no es lineal sino que se construye mediante un proceso de conjeturas y refutaciones hasta que la evidencia científica le aporta una veracidad provisional. Por tanto, entendiendo que el concepto de las Inteligencias múltiples está en el camino de la comprobación científica me parece suficientemente sólido para construir la siguiente reflexión. A todos nos resulta demoledor el dato de que en España exista actualmente una tasa de abandono en la Educación Secundaria Obligatoria (E.S.O) cercana al 30%, es decir, que 3 de cada 10 niños españoles siguen abandonando la escuela antes de finalizar la E.S.O. El perfil de la mayoría de estos alumnos presenta un bajo rendimiento académico combinado con una acentuada carencia de autoestima y ninguna o escasa expectativa de futuro. Con este panorama no es difícil caer en la tentación de que el primer pensamiento que nos asista en torno a estos alumnos-hijos sea pensar que son personas con menos capacidades que el resto de alumnos para estudiar y aprender. No obstante, no podemos olvidar que tal y como advierte Richard Gerver, la mayoría de ellos han nacido con todas las competencias básicas para desenvolverse en la vida, es decir, con una intuición, creatividad y curiosidad insaciables que les abocaba al aprendizaje constante en todo momento. Entonces, ¿que ha pasado en el camino para que esa creatividad, curiosidad y capacidad de aprender de forma insaciable se haya diluido a lo largo de los años hasta su adolescencia? Asumiendo la afirmación de Gerver como válida y cruzándola con la teoría de las múltiples inteligencias podría ser razonable pensar que una gran parte de estos alumnos no son “malos estudiantes” sino que nuestro actual sistema educativo, excesivamente normalizado e industrializado, está claramente orientado hacia el desarrollo y evolución de un solo tipo de inteligencia, la lógico-matemática, desestimando por tanto o al menos no atendiendo adecuadamente al resto de inteligencias. Así, nuestro sistema educativo actual va penalizando a las personas que tienen una predominancia de inteligencias diferente a la lógico-matemática mermando lentamente su autoestima y expectativas hasta que termina por expulsarlos finalmente del sistema. Por supuesto que bajo este planteamiento se querrán abrigar alumnos que realmente sean tramposos o se sientan cómodos en el trileo y la mentira, pero no podemos negar que también tenemos a un gran número de alumnos con otra ponderación de inteligencias que el actual sistema educativo no les permite expresar y desarrollar su potencial. Bajo esta perspectiva, alumnos con una clara ponderación de sus inteligencias hacia la inteligencia corporal-cinestésica combinada con la lingüística verbal le costaría mucho estudiar matemáticas, física o química, obteniendo un bajo rendimiento académico en esos casos, pero podría ser un magnífico profesional del deporte y la educación física. De igual forma un chico con una ponderación de sus inteligencias claramente orientadas hacia una combinación de la visual-espacial con la lógica-matemática podría ser un magnífico arquitecto pero un pésimo abogado. En este momento de la reflexión creo conveniente realizar una pequeña parada, en ningún caso estoy diciendo que el abandono escolar es un indicador influenciado exclusivamente por la política educativa y su implementación metodológica. Soy consciente de que el problema es un sistema complejo y dinámico, en el que intervienen simultáneamente diversos actores como la familia, los docentes, los amigos, el sistema educativo, etc. Pero no podemos negar que nuestros sistema educativo actual está excesivamente orientado a la inteligencia lógico-matemática dejando prácticamente sin espacio al resto de inteligencias. Nada más tenemos que ver la clara ponderación en la puntuación hacia la lógica –matemática que actualmente reflejan las evaluaciones de Pisa, herramienta de control clave que actualmente utilizan los países para demostrar el nivel de competencia y éxito de su sistema educativo. Por tanto, para todos aquellos alumnos o familiares que se hayan visto reflejados o estén viviendo actualmente una situación parecida os pido un ruego. Deténganse a reflexionar una vez más, observen qué es lo que más os gusta, en qué áreas o materias se sienten con más capacidad y regálense otra oportunidad. Marquen una nueva meta, tracen el camino e inicien la marcha sin importarles, en ningún momento, lo que opinen los demás y, a buen seguro lo conseguirán. ¡Qué nadie nunca quiebre tus sueños!
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