Esta semana me llamó mi amiga Marta preocupada porque cree que su hijo, que acaba de terminar segundo de ESO, o no supera el Bachillerato o lo terminará con muy poca nota. Muy apenada me preguntó qué requisitos debe cumplir el chico para cursar formación profesional (actuales ciclos formativos de grado medio y superior). Yo antes de dar ninguna respuesta le pregunté a mi amiga porqué estaba tan apenada, a lo que me contestó apresuradamente y sin ninguna duda “No quiero que mi hijo haga formación profesional y menos la de los chándal. Quiero que estudie algo de verdad que le sirva en el futuro”, seguidamente solté una carcajada y le respondí irónicamente, “¿Tú vives en Europa o normalmente resides en algún país del tercer mundo?” A lo que ella me contestó “Es que no quiero que mi hijo termine dando clase en un gimnasio”. Nuevamente sonreí aunque esta vez con menos contundencia, pues noto en la voz de mi amiga verdadera preocupación y le digo “Dios quiera que tu chico pueda encontrar un trabajo, como están las cosas actualmente en nuestro país, tus expectativas deberían comenzar por la pregunta, ¿En qué sector mi hijo tendrá más posibilidades de insertarse en el mercado de trabajo?”. Me explico, como todos sabemos, nuestra profesión y nuestro sector de la educación física y el deporte siempre ha estado vinculado al espectáculo y al fortalecimiento de la condición física, considerada por gran parte de la sociedad como un área de conocimiento con poco cuerpo científico destinada para malos estudiantes en general, tal y como comentamos parcialmente en la anterior entrada del Blog. ¡Vamos! una profesión de habilidosos fuertecitos con muy poco glamour y reconocimiento social. Pues bien, resulta que esos fuertecitos del chándal en España con las Olimpiadas de Barcelona ascendemos al mundo universitario con una Licenciatura, y actualmente nuestra profesión ocupa un nada despreciable 2% del Producto Interior Bruto (PIB) de nuestro país. Si nos comparamos con otros países de referencia dentro de la Unión Europea observamos además, que actualmente tenemos mucho recorrido. Esta afirmación la baso en que el valor medio que aporta nuestro sector al PIB en países como Reino Unido y Alemania representa actualmente el 3,5% de su PIB y se estima que siga creciendo hasta representar el 5%. Por tanto, lo que no podemos negar es que estamos en un sector anticíclico, es decir, que a pesar de la crisis que tenemos encima a nivel general como país, seguimos creciendo como sector analizado individualmente. Por otro lado, los profesionales del deporte, desde los técnicos deportivos, ciclos formativos, licenciados, etc., estamos ocupando un papel relevante en áreas que, al menos inicialmente, no eran las nuestras naturales, como la salud, la sanidad, la empresa, el turismo o el espectáculo. En definitiva, actualmente las personas que se forman en nuestro sector obtienen una formación multidisciplinar que nos permite intervenir en un amplio abanico de sectores, incrementado significativamente nuestras posibilidades de inserción laboral. Esta hipótesis se apoya en datos tan simples y relevantes como el número de puestos de trabajo destruidos sectorialmente, siendo nuestro sector junto con el de la sanidad privada el que menor número de puestos de trabajo ha destruido en términos porcentuales. Por tanto, querida Marta, espero que tanto tú como tu hijo tengáis a bien considerar la posibilidad de formación en el área de la educación física y el deporte, te lo digo de todo corazón, como amigo.
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