UN EMPRENDEDOR SIN PATRIMONIO ES UN ÁGUILA IMPERIAL SIN ALAS

Aprobado el pasado 28 de junio de 2013 por el Consejo de Ministros el Proyecto de Ley de Apoyo a los Emprendedores y su Internacionalización, e iniciadas las reyertas políticas inertes a las que nos tienen acostumbrados los principales partidos, como un espectador más de nuestra “cocina política” diaria me invade un profundo sentimiento de tristeza cuando analizo la Ley y no veo tratados, ni siquiera sutilmente, los principales problemas con los que se encuentran la mayoría de los emprendedores de este país: el acceso al dinero `barato´ para poder invertir e iniciar su proyecto. Observando simplemente el título de la Ley quedo totalmente sorprendido al leer tan destacadamente el término “Internacionalización”. No es que sea susceptible de debate, al menos para mí,  que para poder competir debemos internacionalizar nuestros productos y vender al exterior, entiendo que esto es un reto y un objetivo que todos debemos tener presentes, pero ¿es que nadie ha caído en la cuenta de que España, a pesar de los continuos ataques legislativos que está sufriendo la clase media, sigue siendo un país donde predomina esta clase y que, para la mayoría de los españoles, el principal problema que existe para emprender un negocio es el acceso a la financiación? Tenemos en España un gran número de emprendedores con necesidades de financiación en el rango de los 10.000€ a los 100.000€  cuyos proyectos tienen inicialmente el objetivo de autoempleo y que, a pesar de ser proyectos razonables, conservadores y viables, no verán jamás la luz en nuestro país. Esta nueva Ley mantiene casi intacto el principal problema para la mayoría de los autónomos y micropymes: si no tienes dinero, propiedades, patrimonio personal en general o alguien que los tenga por ti y te avale, jamás podrás emprender e iniciar tu proyecto en España. No me malinterpreten, a mi juicio la Ley mejora muchos de los problemas a los que normalmente nos enfrentamos las PYMES españolas, pero sigue sin atacar el epicentro del problema: el acceso a la financiación. Necesitamos una Ley que involucre a los bancos, en la que los prestatarios de dinero tengan la obligación de estudiar, valorar y financiar proyectos innovadores de emprendedores sin recursos económicos. Entidades prestatarias con departamentos específicos de inversión en proyectos viables sin patrimonio inicial. Seguimos dejando el acceso al dinero muy lejos del alcance de la mayoría de emprendedores españoles con objetivos de autoempleo, seguimos dejando a nuestra base social sin posibilidades de emprender, una verdadera pena.

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