OPERACIÓN BIKINI…O BAÑADOR

Que como mínimo los hombres nos preocupamos, cuanto menos, de igual forma que las mujeres por esos kilos de más antes del verano. Este miércoles pasado en una conversación con unos amigos comentaban el inicio de la “Operación Bikini” de las formas más pintorescas y singulares posibles, que si salgo a caminar con bolsas de plástico o papeles periódico para sudar más, que si correr una hora pudiendo en todo momento hablar tranquilamente, que si no como nada que tenga hidratos de carbono, etc. Mi reflexión se centra en la idoneidad de preguntar a un experto en planificación del entrenamiento sobre el mejor trabajo a realizar en función de nuestras características personales y estado de forma actual. No obstante, existen una serie de normas básicas que debemos conocer de primera mano a la hora de iniciar nuestro viaje a lo largo de la “Operación Bikini”. En primer lugar, tener claro que el principal objetivo no es perder peso, es decir, no es que la báscula me indique 65 kg y después de someterme unos cuantos meses a un sufrimiento de dieta férrea y ejercicio me indique 59kg. Sino que, lo que realmente queremos es que se nos reduzca la cantidad de masa grasa intentando mantener o incrementar nuestra cantidad de masa magra o masa muscular. Por tanto, es posible que, después de unos meses de entrenamiento adecuado orientado a disminuir  nuestra masa grasa la báscula siga marcando el mismo peso total. No olviden que la masa magra es un motor básico quemador de grasa y que las dietas férreas, en un gran número de casos, provocan la pérdida de masa grasa y magra simultáneamente con las consecuencias tan negativas que tendrá esta situación en el medio plazo para intentar mantener el peso alcanzado tras la dieta con un “motor quemador de grasas” más debilitado que al inicio de la operación BIKINI. En segundo lugar, quítense de la cabeza la idea que cuanto más sudas más grasa pierdes. Esto es totalmente falso, para seguir con los ejemplos anteriormente expuestos tengan absolutamente claro que a lo único que nos llevará es a perder agua y sales con mayor celeridad y a provocar la aparición de la fatiga de forma prematura con el riesgo adicional de calambres o contracturas musculares. En tercer lugar, no crean que los ejercicios extensivos moderados son los que movilizan predominantemente las reservas de grasa. Deben saber que aunque los ejercicios aeróbicos extensivos son los que movilizan principalmente los depósitos de grasas, como por ejemplo realizar una carrera suave durante 30 minutos, realizar trabajos interválicos como un Farlek durante el mismo periodo de tiempo, es decir 30 minutos corriendo con cambios de ritmo provoca una mayor movilización de nuestras reservas de grasas. Sí, lo sé, no durante la realización del ejercicio pero sí durante todo el día. Me explico, aunque en los 30 minutos de trabajo el primero movilizaría de forma más eficaz nuestras reservas de grasas, el segundo provoca un mayor gasto calórico postejercicio, es decir, que después del ejercicio el organismo necesita trabajar más activamente para recuperarse del esfuerzo y lo hace durante muchas horas después del ejercicio con lo que el consumo de masa grasa total es mayor en el segundo caso que en el primero. Espero que estas pequeñas pinceladas nos hagan reflexionar para que, de la misma formal que al iniciar una empresa pedimos asesoramiento a los abogados y economistas expertos en la materia, para iniciar una actividad física con objetivos concretos pidamos información a la diversidad de profesionales del deporte expertos en la materia TECO, TAFAD, Técnicos Deportivos, Entrenadores Personales, Licenciados en Ciencias del Deporte, etc.

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